En nuestra carnicería puedes encontrar una alta variedad de carnes rojas, como son la carne vacuna, de cordero, de buey o de caballo, así como de carnes blancas, como son la carne de conejo, pollo o de pavo. Siendo ambas de muy buena calidad, existen diferencias en cuanto a las propiedades y los beneficios que cada una de estas carnes ofrece a nuestra dieta. Normalmente siempre se ha dicho que es aconsejable para la salud comer carnes blancas y reducir en nuestra dieta el consumo de carnes rojas. Sin embargo, como veremos a continuación, ambas pueden aportarnos innumerables ventajas consumidas de una forma moderada y equilibrada
Como todos los tipos de carne, en las carnes rojas destaca el aporte de proteínas completas, es decir, con todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para reponer y formar estructuras. Estas proteínas, al ser de origen animal, son mas biodisponibles y ,por lo tanto, el cuerpo las asimila mejor que las de origen vegetal, provenientes de frutos secos o cereales. Por otro lado, hay que tener en cuenta la gran cantidad de minerales que estas carnes nos ofrecen. Entre ellos destaca el aporte de hierro, que se encuentra en mayor cantidad en las carnes rojas y sólo en algunos pescados azules como la anchoa y en mariscos. El hierro en los pescados se encuentra en promedio en cantidades de 1.5 mg por cada 100 gramos, algo que es superado notablemente por las carnes rojas, que poseen alrededor del doble del mineral por cada 100 gramos de alimento. Con respecto a las vitaminas, tanto las carnes rojas como las blancas son ricas en Vitamina B. Las vitaminas de este grupo tienen muchas funciones en el organismo, ya que participan en todos los procesos de metabolismo. Por último tenemos las grasas que estas carnes aportan. Su contenido puede variar mucho dependiendo de la parte del animal que se analice, siendo de un 5% en el lomo de cerdo a un 20% en las costillas del mismo. El tipo principal de grasa que contiene es monoinsaturada, aunque también tiene un porcentaje de grasa saturada y colesterol.
Al igual que las carnes rojas, este tipo de carnes también nos proporciona un elevado porcentaje de proteínas, indispensables para nuestro organismo. Este tipo de carne posee un muy bajo contenido de grasas, inferior al que podíamos encontrar en las carnes rojas. Este hecho, junto a su igual bajo contenido de colesterol hace que estas carnes sean perfectas para aquellas personas que desean mantener un estilo de vida sano y equilibrado, con la intención de controlar el nivel de calorías y grasas incorporadas a través de la dieta diaria. Así mismo, las carnes blancas son ricas en Vitamina B, sobre todo en vitamina B3 y B12, la cual es importante para evitar la anemia. Sin embargo, su contenido en hierro es menor que el que encontrábamos en las carnes rojas, aunque sigue siendo una buena fuente de este mineral.